Dione Dixon era la típica chica de casa. Pasaba desapercibida, no se metía en problemas y era la hija que todo padre quería tener. Eso cambio cuando apareció en su vida Nolan Miller. Ella quería vivir la vida. El le advertía de los riesgos. Ella se adentró en su corazón ganándose su confianza. Ella para el era un rayo de sol que entraba por una ventana rota en una habitación totalmente a oscuras. Ella le escuchaba. El cantaba y tocaba la guitarra durante horas para hacerla feliz. Ella estaba llena de alegría. El la quería. Espera, ¿ya es septiembre? Se acaba el verano. Dione vivía en Arizona. Nolan en California. Oh, oh.